jueves, 5 de junio de 2014

May b

Es algo así como estar en un contante bienestar contigo misma. La certeza de que eres feliz aunque pueda tener un fin tan próximo como lejano. La sensación de sentirte bien, de estar bien porque no hay nada en tu cabeza, ni en tu conciencia, ni en tu corazón que lo impida sino todo lo contrario. En tu cabeza, en tu conciencia y, sobretodo, en tu corazón toda felicidad está potenciada por algo que sin saber muy bien cómo, ha conseguido entrar en alguna cavidad que dejaste hueca y por algún despiste no tomaste la precaución de cubrir. Sin embargo, y es lo que más te asusta, el no haber cerrado ese despiste no te da miedo, no es algo de lo que te preocupas. 

Estoy aprendiendo que el resultado de todo no se hace con cálculos ni horarios, encajar cada cosa en su lugar no siempre es necesario porque, la mayoría de las veces, las cosas encuentran su lugar por si solas. Simplemente dejar que todo fluya es muchas veces la mejor opción para ser feliz.

Estoy en una etapa de mi vida en la que me estoy tomando muy en serio la frase de "Vive como si este día fuera el último de tu vida". ¿Me va mejor así? Bueno, me siento mejor. Los momentos de felicidad parecen tan inmensos que a penas les deja tomar importancia a los problemas. 

Espero que dure mucho esta sensación. Este control del caos de mi felicidad. Espero ser feliz mucho más tiempo, sentirme bien tal y como hoy me siento. Siempre he tenido muchísimas razones para dar gracias a muchas personas diferentes. Soy de las que suelen agradecer. Sigo sintiéndome afortunada. Que sea así por largo tiempo. Gracias.


Pulgas
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4 comentarios:

  1. Anónimo8:04

    Echo de menos tus miradas asesinas desde la parada del bus

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  2. Como cuando el silencio es posible
    y las palabras empiezan a temblar.

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  3. Que filosofica eres, te admiro tanto que espero que seamos amigos por siempre. Espero que sigas emocionandome con tus preciosos textos:,).

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