miércoles, 13 de marzo de 2013

LST

Parece algo normal, pero no lo es. Yo creo que es extraordinario, es incluso prodigioso. Es como un súper poder de gente rara. Pero supongo que no les pasa a todos. Sospecho que es único y primordial encontrar una amistad así.

Que alguien que sabe todo de ti siga queriéndote es fascinante. A veces pienso que no puede ser fácil aguantarme en mis malos momentos, cuando no quiero ver a nadie o cuando no quiero que me atosiguen a preguntas. Ellas no lo hacen. Cuando estoy mal, simplemente están conmigo, sin animarme, sin agobiarme, sólo están a mi lado y es eso, su presencia, lo que me ayuda a seguir. No quiero que me den bocanadas de aliento cuando estoy deprimida y ellas lo saben, pero también saben cuando tienen que salvarme porque me hundo y me salvan sin pedirme permiso porque saben que yo siempre voy a decirles que estoy bien.

Y creo firmemente que la amistad que acaba es que nunca había comenzado, por eso no me da pena nadie de los que dejamos atrás pero, eso sí, quería agradecerles a todos los que un día hicieron lo posible por hundirnos, por hundiros, que gracias a su odio nos hicimos fuertes.

¿Y quién sabe donde estaremos en diez años? Yo con mi caravana, una dedicando su vida al diseño y la otra brincando en la frontera de Moscú. No lo sé pero, ¿sabeis qué? ¡Qué viva la vida, pero juntas y viva la vida por mucho tiempo!



Pulgas
1755