sábado, 28 de diciembre de 2013

Just

A veces, la gente que te quiere no sabe expresar lo que siente. A veces, las personas son cobardes y tienen miedo. A veces, la gente muere sin decir esa cosa que se moría por decir. A veces, nos entusiasmamos tanto por nada y por algún motivo escondemos esa felicidad. A veces, corremos el riesgo, sólo por el morbo de ser amados y dañados a la par. A veces, preferimos escondernos tras antifaces que elaboramos a lo largo de nuestra vida con gran esfuerzo y con un propósito obvio, no ser malheridos jamás. A veces, las personas nos quieren y a veces eso conlleva la soledad posterior de quien lo ha tenido todo y esa es la  más horrible.

Pero a veces, solo a veces, somos capaces de alcanzar la verdadera felicidad. Nunca por un largo tiempo (o al menos nunca nos parece largo el período) pero si buscamos en los ojos correctos, en el café adecuado y con las palabras idóneas podríamos llegar a vislumbrarla. Por eso, y no por otra cosa, es tan complicado ser feliz. Han de concordar cuerpo, cabeza y corazón para adquirir esa ventura. No debemos ser pedantes, ni orgullosos, ni avariciosos, ni malvados, ni reprochadores, ni... bueno, lo mejor es que no seamos nosotros mismos. Qué complicado se puede convertir algo tan simple.

Pulgas
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domingo, 1 de diciembre de 2013

The memory is cruel

Con el paso del tiempo vamos creando nuestra persona a base de experiencias, de datos y de anhelos. Miramos atrás y nos damos cuenta de que sí, se ha cumplido. Aquello que nuestros padres decían, esa frase que nos cansamos de oír se ha cumplido; "cuando crezcas lo entenderás". ¿Y ahora que muchas de las cosas que antes no cuadraban las comprendo, qué? ¿Qué se supone que debo hacer ahora con esto que he aprendido? Las pocas cosas que tengo claras en esta vida no son muy optimistas y no soporto la idea de esperar a entender todas aquellas cosas que aún me quedan suspendidas en la conciencia. He tardado dieciséis años en vislumbrar los mínimos conceptos que tengo de la vida y ahora que los tengo claros veo que no me sirven, que antes era más feliz. 

Porque antes no creía que nadie fuera a hacerme daño, entonces aún tenía esperanzas y no solo en la gente si no también en mí misma. Cuando eres pequeña crees que sabes como va esto pero no es cierto hasta que creces no lo entiendes y es entonces cuando le tienes que dar razón a tus padres, aunque te joda. 

Y creo que no es bueno ser así pero con mis experiencias, mis datos y mis pocos anhelos no puedo ser de otra forma.


Pulgas 
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jueves, 7 de noviembre de 2013

Make

Y no sé, es siniestro. ¿Como podemos ser tan infelices siendo tan jovenes? ¿Por qué estamos diseñados para sufrir? Porque estamos diseñados para eso, ¿no? Porque sino es que estamos en mal funcionamiento.

 Por favor, que venga alguien a arreglar este destrozo que esto está yendo a un averno sin retorno y no podremos salir jamás. Nuestros engranajes han perdido el lubricante a causa de caladas y ya no hay batería ensoñadora en mi maquinaria interna. Todo dentro de mí ha perdido el hilo de la vida, he dejado de entenderos, de entenderme propiamente y he dejado de intentarlo. Porque he comprendido que vosotros estais tan rotos como yo. Así que, ¿para qué destrozarnos más? Que cada uno sea infeliz por su cuenta y si nos encontramos será hermoso. Que quizás de aquí a un tiempo encontremos a alguien que nos enchufe una dosis revitalizante de ansias. 

 Puede que encontremos a alguien que esté roto de forma que nuestras roturas encajen a la perfección y entonces sí, eso sí que será bello. 


Pulgas
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jueves, 3 de octubre de 2013

Plu

Entiendo por qué la gente odia la lluvia. Siempre parece estar molestando, apareciendo en el momento más inadecuado y sin ninguna finalidad concisa. La lluvia es una molesta anomalía.

A nadie en su sano juicio le gusta llegar empapado a casa, con el pelo pingando, la ropa con un horrible olor a húmedo y el frío calándose hasta los huesos. ¿A quien le gusta eso? O estar dando un paseo y no poder sentarte en el banco de siempre o en las escaleras de la plaza. A nadie le gusta tener que adaptarse, y mucho menos tener que adaptarse a algo que no entendemos por que justo tiene que aparecer en el momento en el que estás saliendo a la calle o justo el día en el que tenías que llegar perfecta a esa cita. La lluvia siempre está incordiando.

Y está incordiando por que es más fácil quejarse de ella que adaptarse. Es complicado el hecho de cambiar la forma de ver los días de lluvia. Darse cuenta de que lo que ves a través del cristal de tu ventana cuando está salpicado de gotas no es el mismo paisaje que sin las susodichas gotas. No has parado a pensar que una flor con el rocío es aún mejor, si cabe. Porque no te das cuenta de que un día de lluvia no tienes que sacar instintivamente el paraguas o ir directamente a resguardarte, que también está la opción de seguir andando y mirar hacia arriba y notar como las gotas heladas te despejan la mente y te relaja los músculos, actuando como el mejor exfoliante social.

Porque no hay tiempo de cuestionarse las cosas. Nos las inscriben desde el principio. Lluvia mal, Sol bien. Y así estamos.


Pulgas 
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domingo, 18 de agosto de 2013

Pass

Es esa sensación cuando logras algo que has trabajado con sudor y sangre. Es esa sensación de haber llegado a tu destino por tu propio pie, sin ninguna otra viagra que tu propia motivación y cabezonería. Es esa sensación de haber superado tus obstáculos, haber apartado los tojos del camino que pudieran lastimarte.

Porque aprendes que dar patadas a las piedras que te obstruyen el camino solo consigue que las piedras sigan delante de ti, que lo mejor es ignorarlas y seguir, pisarlas y seguir. Porque cuando llegas a tu destino y vives lo que antes te parecía un futuro soñoliento y casi fantástico, demasiado hermoso para alguien como tú, sientes que las piedras, los tojos, las abejas, el sudor y la sangre en verdad no importan porque simplemente ya no están. Se quedaron en alguna parte de camino y seguirán sin ti y tú seguirás sin ellos. Podrá haber más caminos, más dolor y más sangre pero te has dado cuenta de que lo único que puede impedirte llegar eres tú mismo.

En tu vida no hay nada más fuerte que tú y es por eso que cada camino es una enseñanza, cada tropiezo una lección y que en la vida no se suspende jamás si te empeñas. Si consigues un apoyo, una motivación, siempre habrá otro camino en el que puedas demostrarte a ti y al mundo que puedes aprobar el duro examen de la vida.


Pulgas
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miércoles, 26 de junio de 2013

TONTA

Dejas que la gente entre y salga de tu  vida a su antojo. No pones barreras a los que conoces y menos a los que amas. Dejas que todo el mundo decida cuando irse y cuando quedarse, cuando aparecer y cuando desaparecer de nuevo.

Permites que jueguen contigo, que te ilusionen, dejas que te hagan feliz y finges no estar triste. Cuando se van intentas engañarte a ti e intentas engañarlos a todos. A ellos les engañas pero en ti nunca se cuela la mentira. Te hacen daño y sonríes creyendo que estás bien, haciéndote creer que lo estás. Pero después e todos los bochornos, de todas las despedidas que no diste y de todos los reproches que te callaste y guardaste en un profundo y case imperceptible tú, sigues sonriendo. Fingiendo y ocultando tu interés. Porque en el fondo, lo único que quieres es que vuelva. Sí, otra vez. Porque prefieres una vida repleta de altibajos con esa persona que un constante vacío sin ella.

Y llámame tonta porque tal vez lo sea pero aprecia también mi empeño en ser feliz porque en realidad es lo único que busco.

 
 
 
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viernes, 24 de mayo de 2013

Reclutamiento idealista.

Debo darle la razón a Dalí. Él en una ocasión dijo que la natura tiene una tristeza consigo porque tiene el tiempo en su contra. Yo creo que los humanos compartimos esta característica.

Por esta frase cabe entender que en un futuro lejano, o no tan lejano, la naturaleza y todo lo que de ella nace se acabará y morirá. El ser humano ha intentado a lo largo de los siglos, durante millones de años e incontables lustros controlar dicha natura. Controlar a la naturaleza, explotarla, comprándola y vendiéndola a nuestro antojo como si alguien nos diera la autoridad, creyéndonos dioses de todo y por lo tanto autoritarios de cualquier cosa que en nuestro planeta habita. Con el paso del tiempo hemos visto morir lo que nos rodea convirtiéndolo en altos rascacielos, hemos visto como los árboles centenarios eran derrumbados para construir autopistas, a lo largo de los años hemos actuado como si de nosotros dependiese todo.

Pero no paramos a pensar que nosotros no tenemos nada que ver en esto. No creamos nada de lo que aquí existe, simplemente hemos transformado todo lo que a nuestro alcance estaba para mejorar nuestras vidas. Lo que realmente me inquieta es, ¿hasta cuando podremos masacrar el lugar que nos da vida? Estamos destrozando lo que nos da de comer, lo que nos matiene y entretiene.


 
 

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domingo, 21 de abril de 2013

Señora S.

Si algo he aprendido de la vida durante el corto tiempo que llevo en ella es que lo más importante que tienes tú, eres tú.

Puede sonar egoísta y egocéntrico el hecho de decirlo en voz alta y que la gente lo sepa. Para mí no lo es. Durante todo el tiempo en el que me he sentido sola fui mi mayor apoyo. Es tan importante el quererse que si no lo haces no vives, sobrevives. Y todas nos hemos sentido solas en algún momento. Lo de: "sola en medio de un montón de gente" que ahora suena monótona y no piensas en parar a pensar qué es lo que realmente significa. ¿Por qué nos empeñamos en resguardarnos en nosotras mismas aún sabiendo que hay gente a nuestro alrededor? En mi caso, lo hago porque no solo quiero ser fuerte, sino para que todo el mundo sepa que lo soy. He estado sobreviviendo mucho tiempo. Me he enfrentado contra muchos y contra mí misma, he odiado y lo he odiado todo; a Dios, a mi gente, a mí.

Pero si algo me ha enseñado la soledad es a no rendirme, porque incluso cuando no quieres contarle lo que sientes a la gente que está a tu lado y te aferras simplemente a tu pose diaria de antisentimentalismo y prepotencia, cuando haces creer al mundo que no le necesitas, cuando no tienes fuerzas y sientes que el dolor es suficiente, incluso entonces, si tienes paciencia, aparece algo que te da aliento. Una bocanada de aire que sin saberlo te da la vida.

Quédate con eso, vive con esa felicidad mientras viva y vete guardando buenos recuerdos para cuando la soledad vuelva.


Pulgas
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sábado, 6 de abril de 2013

A la orden

Aprender a apreciar la vida es realmente complicado. Cuando crees que sabes como vivir, cuando tienes una monotonía que cumplir y te gusta acatarla aparece algo o alguien que te obliga a cambiar tu vida por completo.

Estipulas normas para tu día a día y las vas llevando durante un cierto tiempo pero llega un momento en el que no sabes qué te ha hecho cambiar y cambias. Te cansas de hacer lo mismo, en el mismo orden, a la misma hora. Añoras el cambio y las emociones de no saber qué va a pasar si escoges otro camino, ese subidón de no tomar las decisiones de siempre, las decisiones que siendo responsable no harías. Y aún a sabiendas de que la decisión que tomas no es la más idónea y que, de seguro, te traerá problemas tomas esa decisión y te sientes viva. Al fin sientes que todo el tiempo esperado ha servido para algo. Sientes que a partir de ahí todo va a ir a mejor, ahora que ya eres valiente por tomar una decisión que ha tornado el destino de tu vida crees que eso es lo que siempre harás. Crees que todo ha cambiado, pero no es así. En un mes, quizás dos te darás cuenta de que esa nueva estupidez solo ha sido un pronto puntual.

¿Quieres cambiar tu vida, tu tedio? Hazlo. Pero hazlo ya. Traza un plan, analízalo, cúmplelo, cambia, se feliz.
 
 
 
Pulgas
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miércoles, 13 de marzo de 2013

LST

Parece algo normal, pero no lo es. Yo creo que es extraordinario, es incluso prodigioso. Es como un súper poder de gente rara. Pero supongo que no les pasa a todos. Sospecho que es único y primordial encontrar una amistad así.

Que alguien que sabe todo de ti siga queriéndote es fascinante. A veces pienso que no puede ser fácil aguantarme en mis malos momentos, cuando no quiero ver a nadie o cuando no quiero que me atosiguen a preguntas. Ellas no lo hacen. Cuando estoy mal, simplemente están conmigo, sin animarme, sin agobiarme, sólo están a mi lado y es eso, su presencia, lo que me ayuda a seguir. No quiero que me den bocanadas de aliento cuando estoy deprimida y ellas lo saben, pero también saben cuando tienen que salvarme porque me hundo y me salvan sin pedirme permiso porque saben que yo siempre voy a decirles que estoy bien.

Y creo firmemente que la amistad que acaba es que nunca había comenzado, por eso no me da pena nadie de los que dejamos atrás pero, eso sí, quería agradecerles a todos los que un día hicieron lo posible por hundirnos, por hundiros, que gracias a su odio nos hicimos fuertes.

¿Y quién sabe donde estaremos en diez años? Yo con mi caravana, una dedicando su vida al diseño y la otra brincando en la frontera de Moscú. No lo sé pero, ¿sabeis qué? ¡Qué viva la vida, pero juntas y viva la vida por mucho tiempo!



Pulgas
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domingo, 17 de febrero de 2013

Avox

Me pregunto cómo pude hacer ciertas cosas, por qué dejé ir a ciertas personas, cuándo se me pudo pasar por la cabeza relajarme y dejar que el tiempo pasase. Cuándo comencé a creer que todo vuelve a su lugar llegada la hora. Y recuerdo ese momento en el que me dije que todo saldría bien, ese momento en el que me encerré tanto en mí misma que el resto del mundo se me empezaba a ir de las manos. Dudo en cómo cojones pude aparentar ser la misma, cómo puedo seguir fingiendo. Sé que algo en mí ha cambiado, que está cambiando todavía, puede que incluso me haya vuelto loca. Pero ahora eso ya no importa mucho. En realidad no sé bien lo qué importa y lo que no debería importar. Y yo no lo sé y no quiero preocuparme por eso. Pero, como siempre, mi cerebro alude mis deseos y me preocupo.

Hay momentos en los que me concentro y pienso que es el momento de analizarlo todo, que es hora de hacer un chequeo de mí misma, pero no soy tan valiente porque puede que una pequeñísima e ínfima parte de mí ya lo sepa y no quiera asumir los daños. Y me engaño pensando que todo sigue bien, que esto es un bache, uno muy largo.  



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miércoles, 6 de febrero de 2013

Regla Inaudita

La sociedad nos dice lo que tenemos y no tenemos que hacer en cada edad y en cada momento para tener una vida "normal" y fructífera. La vida transcurre y pasan las cosas que deben pasar en cada momento. Sabemos que a los cuatro años ya tenemos que comer sano, apuntarse a alguna actividad extraescolar e irse a la cama antes de las nueve de la noche, a no ser que sea un día especial. Con dieciséis años ya tenemos que saber elegir nuestras propias decisiones, tener mucho conocimiento sobre un tema en concreto, encontrar a nuestro "primer amor" y haber perdido la virginidad con el susodicho. A los veintiuno tendremos que estar estudiando, empezar nuestra propia vida y una nueva relación seria. A los treinta el éxito profesional, la boda y los niños son indispensables. Y a los cuarenta la típica crisis y el estrés de "¿qué he conseguido en mí vida? Con todas los sueños que tenía." Y así consecutivamente.

Y yo me pregunto; ¿en serio que yo, teniendo dieciséis años, soy capaz de dictaminar lo que doy por echo que será la vida de cualquier persona a cuyas edades me he referido sin equivocarme? Me parece totalmente absurdo y superficial que tengamos que hacer caso de estos prototipos pero si no lo hacemos nos convertiremos en seres desfasados y patéticos, lo cual nadie quiere ser como es comprensible.

¿Están todas las vidas regidas por esos tópicos? ¿Qué les pasa a las personas que no los siguen?


Pulgas
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viernes, 11 de enero de 2013

925

Yo lo entiendo, ¿sabéis? Entiendo la furia y la rabia que te da al ver que no puedes controlar nada de lo que depende de ti, que cuando crees que has avanzado un paso, en realidad, has retrocedido dos. Sé lo frustrante que puede a llegar a ser un día normal, tras otro, tras otro y tras otro igual, pensando que qué coño estás haciendo con tu vida, qué aún eres joven. Y cuántas veces pensaste en rendirte y acto seguido juraste que nunca lo harías. ¿Sabes cuándo no puedes explicarle a nadie lo que sientes porque nadie lo va entender? ¿Sabes lo que es tener a tu mayor apoyo a cien putos kilómetros de ti? Y si no son esas las razones que te hacen perder la fe y las ganas, tendrás cincuenta mil más que conseguirán que las pierdas.

¿Qué la vida es bella? Sí, lo sé. Pero es tan sumamente jodido seguir siendo tú misma/o teniendo al lado a tanta gente que quieren cambiarte. Cuánta es la gente a la que tendremos que enfrentarnos para definir quienes somos en realidad y cuánto tiempo les costará entender que somos así y no queremos cambiar.

Entenderlo, somos jóvenes y queremos cometer errores, probar cosas malas para nuestra salud y queremos asustarnos y tener miedo, queremos sentirnos defraudadas/os y que nos rompa el corazón la persona menos indicada y que nos mientan para aprender a no confiar.

 
 
 

Pulga
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