domingo, 21 de abril de 2013

Señora S.

Si algo he aprendido de la vida durante el corto tiempo que llevo en ella es que lo más importante que tienes tú, eres tú.

Puede sonar egoísta y egocéntrico el hecho de decirlo en voz alta y que la gente lo sepa. Para mí no lo es. Durante todo el tiempo en el que me he sentido sola fui mi mayor apoyo. Es tan importante el quererse que si no lo haces no vives, sobrevives. Y todas nos hemos sentido solas en algún momento. Lo de: "sola en medio de un montón de gente" que ahora suena monótona y no piensas en parar a pensar qué es lo que realmente significa. ¿Por qué nos empeñamos en resguardarnos en nosotras mismas aún sabiendo que hay gente a nuestro alrededor? En mi caso, lo hago porque no solo quiero ser fuerte, sino para que todo el mundo sepa que lo soy. He estado sobreviviendo mucho tiempo. Me he enfrentado contra muchos y contra mí misma, he odiado y lo he odiado todo; a Dios, a mi gente, a mí.

Pero si algo me ha enseñado la soledad es a no rendirme, porque incluso cuando no quieres contarle lo que sientes a la gente que está a tu lado y te aferras simplemente a tu pose diaria de antisentimentalismo y prepotencia, cuando haces creer al mundo que no le necesitas, cuando no tienes fuerzas y sientes que el dolor es suficiente, incluso entonces, si tienes paciencia, aparece algo que te da aliento. Una bocanada de aire que sin saberlo te da la vida.

Quédate con eso, vive con esa felicidad mientras viva y vete guardando buenos recuerdos para cuando la soledad vuelva.


Pulgas
1898

sábado, 6 de abril de 2013

A la orden

Aprender a apreciar la vida es realmente complicado. Cuando crees que sabes como vivir, cuando tienes una monotonía que cumplir y te gusta acatarla aparece algo o alguien que te obliga a cambiar tu vida por completo.

Estipulas normas para tu día a día y las vas llevando durante un cierto tiempo pero llega un momento en el que no sabes qué te ha hecho cambiar y cambias. Te cansas de hacer lo mismo, en el mismo orden, a la misma hora. Añoras el cambio y las emociones de no saber qué va a pasar si escoges otro camino, ese subidón de no tomar las decisiones de siempre, las decisiones que siendo responsable no harías. Y aún a sabiendas de que la decisión que tomas no es la más idónea y que, de seguro, te traerá problemas tomas esa decisión y te sientes viva. Al fin sientes que todo el tiempo esperado ha servido para algo. Sientes que a partir de ahí todo va a ir a mejor, ahora que ya eres valiente por tomar una decisión que ha tornado el destino de tu vida crees que eso es lo que siempre harás. Crees que todo ha cambiado, pero no es así. En un mes, quizás dos te darás cuenta de que esa nueva estupidez solo ha sido un pronto puntual.

¿Quieres cambiar tu vida, tu tedio? Hazlo. Pero hazlo ya. Traza un plan, analízalo, cúmplelo, cambia, se feliz.
 
 
 
Pulgas
1864