jueves, 13 de noviembre de 2014

1 000 000 años

Deseo ser libre.

¿Por qué es tan difícil ser libre? No entiendo qué cosas son importantes. No se, tengo mis propias prioridades. ¿Tengo que cambiar mis prioridades? Soy una fantasiosa. Creo en lo imposible aunque me de contra el suelo cada poco. Sueño y creo cosas que no son viables excepto para mí.

Estoy loca. Sé que algo no va bien en mi cabeza. ¿Estoy loca o soy un genio? Estoy loca. Solo yo lo veo posible. ¿De dónde nacieron estas ideas? ¿De los libros? Es tan posible... Siempre he sido más inluenciable de lo que me gustaría admitir.

No quiero hacerme frente. No soy tan fuerte. Soy pequeña y así me siento. Hay algo en mi pecho que me oprime, me golpea desde dentro. Me golpea diciendo que quiere salir, volar. A veces creo que son ganas de llorar y otras veces creo que es miedo. Puede que sean ambas cosas. Voy a cumplir dieciocho años y, ¿qué sé de mí? O mejor dicho, ¿qué sé de mí que haya descubierto yo? Creo que no descubriré nada jamás. Creo que seré nada siempre, como he sido nada hasta ahora. Con ganas de rendirme, de hundir mi cabeza en el suelo y no salir en un millón de años.



Pulgas 
3487

jueves, 28 de agosto de 2014

Ninguno sabemos de lo que somos capaces

Hace tiempo que siento un pequeño malestar, como cuando te sientas encima de una chaqueta y justo la cremallera te está incordiando en el culo. Es una sensación que trato de explicarme muchas veces.

Hace tiempo que intento entender qué pasa por mi cabeza. A lo que a mi vida personal se refiere, todo está más que menos ordenado. Sin embargo, la sensación que hace un par de meses describí se esfuma poco a poco como cafetero vapor. Y es que estos últimos meses he pensado que algo está mal, algo que va mucho más allá de mí, de mi familia, de mis amigas y amigos, de mi  pareja...  en resumen, mucho más allá de mí. Solía creer, me guste admitir o no, que lo que te tiene que llegar, te llegará sólo. Sin embargo, de aquí a un tiempo me he dado cuenta de que nada de lo que he conseguido ha sido por el simple hecho de esperarlo. Puedo decir con total seguridad que tengo todo lo que yo me he buscado, bueno y malo.

Hoy, he estado en una charla de un ex-convicto llamado Amadeo. Un hombre de ideología libre y actos nobles. Este hombre, a grandes rasgos, ha luchado por el pueblo cada día de su día a día, y cuando fue encarcelado, siguió luchando con huelgas de hambre de hasta 100 días, movilizaciones e incluso nos contó que en una ocasión llego a coserse la boca como acto de protesta. Fue detenido por atracar bancos junto a una agrupación anarquista. El dinero que recogían iba en parte para la subsistencia de la organización y la otra parte la donaban. Sus actos, en mi opinión, refleja el cambio que una persona puede hacer. He decidido hoy escribir, sin lugar a dudas, por una de las últimas frases que dijo este hombre en su charla y la cual mucho me está haciendo pensar. Cito "Ninguno sabemos de lo que somos capaces". Este hombre consiguió cosas, y sólo es un hombre.



Pulgas
3331

jueves, 5 de junio de 2014

May b

Es algo así como estar en un contante bienestar contigo misma. La certeza de que eres feliz aunque pueda tener un fin tan próximo como lejano. La sensación de sentirte bien, de estar bien porque no hay nada en tu cabeza, ni en tu conciencia, ni en tu corazón que lo impida sino todo lo contrario. En tu cabeza, en tu conciencia y, sobretodo, en tu corazón toda felicidad está potenciada por algo que sin saber muy bien cómo, ha conseguido entrar en alguna cavidad que dejaste hueca y por algún despiste no tomaste la precaución de cubrir. Sin embargo, y es lo que más te asusta, el no haber cerrado ese despiste no te da miedo, no es algo de lo que te preocupas. 

Estoy aprendiendo que el resultado de todo no se hace con cálculos ni horarios, encajar cada cosa en su lugar no siempre es necesario porque, la mayoría de las veces, las cosas encuentran su lugar por si solas. Simplemente dejar que todo fluya es muchas veces la mejor opción para ser feliz.

Estoy en una etapa de mi vida en la que me estoy tomando muy en serio la frase de "Vive como si este día fuera el último de tu vida". ¿Me va mejor así? Bueno, me siento mejor. Los momentos de felicidad parecen tan inmensos que a penas les deja tomar importancia a los problemas. 

Espero que dure mucho esta sensación. Este control del caos de mi felicidad. Espero ser feliz mucho más tiempo, sentirme bien tal y como hoy me siento. Siempre he tenido muchísimas razones para dar gracias a muchas personas diferentes. Soy de las que suelen agradecer. Sigo sintiéndome afortunada. Que sea así por largo tiempo. Gracias.


Pulgas
3152

viernes, 11 de abril de 2014

ENERO

Y ahora, lo único que sé y lo único que tengo seguro en mi vida, es que no estoy preparada para nada. Mi vida se basa en una constante adaptación de mí misma en situaciones con mayor o menor grado de dolor psicológico.

No siento estar preparada para nada. No estoy preparada para el amor ni para la muerte. Ni para la inseguridad ensordecedora de la felicidad o para el más apresurado adiós. No estoy preparada para empezar ni para terminar nada. No estoy preparada para la muerte y mucho menos estoy preparada para la vida.

Y me da miedo vivir porque me estoy dando cuenta de que la vida es una constante adaptación. Y puedo adaptarme, estoy diseñada para eso. Y quizás es más positivo de lo que creo, pero a veces me siento una máquina que no es capaz de sentir lo que los demás, que debería sentir mejor. Más dolor, más felicidad. No más cantidad sino más constante. Yo aguanto hasta que llega un momento de felicidad o un momento de ira. Exploto por dentro y me invade una tristeza infinita o me sacio de ilusiones por un amor. Llevo mis sentimientos a extremos durante un corto período. Cortísimo. Y me pregunto como será vivir una etapa en la que todo vaya bien. El otro caso, ya lo he vivido. No hace falta tener superpoderes o ser una maga para desear ser una chica normal. Que tenga unos padres unidos y prósperos que les facilite su vida, y no al revés. Yo me imagino eso como vida normal. Y en verdad, no lo deseo.



Pulgas
2904

viernes, 28 de febrero de 2014

Cambios

En la realidad de mi mente he decretado dos espacios en mi vida. He tenido que hacerlo porque las ideas se entrelazan y confundo realidades y al final, siempre salgo escaldada. Si bien es cierto que dividiendo mi mundo en dos realidades mi vida no está siendo mejor, por lo menos veo las cosas un poco más nítidas.

He dividido los recuerdos en dos espacios de mi mente que son intrelazables. Unos son los recuerdos del pasado, y el otro son los recuerdos del presente. Es decir, las realidades que ya han terminado y las realidades que estoy viviendo. Las personas que se han ido están en la realidad finalizada, y las personas con las que convivo, al menos en mi mente, están en mi realidad presente. Las personas que están en mi realidad presente no tengo por que verlas todos los días, no tengo por que hablar con ellos frecuentemente, ni si quiera tengo que pensar en ellos, pero están en mi realidad presente porque nuestra relación no ha acabado.

Las personas que pertenecen al pasado, están en el pasado. No las olvido pero no acostumbro a recordarlas porque por lo general, duelen. Son personas o momentos que: o no volverán o yo no volveré a sentirme igual que cuando esos momentos o personas pertenecían a mi realidad presente. No digo que el pasado no vuelva, de hecho creo que siempre vuelve, digo que yo no seré la misma cuando vuelva. Porque con cada realidad presente que tengo que convertir en realidad pasada (proceso agridulce) cambio yo.

De alguna forma cambio. Porque la vida es cambio y yo cambio con ella.


Pulgas
2824

jueves, 16 de enero de 2014

Que todo pase

Pasa el tiempo y todo cambia. Sin darte cuenta, van pasando cosas a lo largo de tu vida que te transforman. Tu mentalidad cambia, tu cuerpo cambia, el  modo de dar y de expresar cariño cambia, cambia tu andar, cambian tus ideas, cambian tus metas, cambias tú.

Pasa el tiempo y lo único de lo que puedes lamentarte es de que el tiempo haya pasado sin ni siquiera darte cuenta. No entiendes a dónde se han escapado todos esos años, en que momento te dejaste de preguntar las cosas más sencillas sin haberlas llegado a comprender jamás. Sí, el tiempo pasa y todo lo que está a tu alrededor está envejeciendo como tú, o por el contrario está naciendo y lo único que sientes hacia eso que nace es lástima. Cuando el tiempo pasa, paras un instante en tu vida a pensar en cuantas aventuras has vivido, con cuantas personas has compartido aunque sea un mínimo instante de tu existencia, puede llegar a darte miedo como el miedo que me da a mí. Piensa en todas las oportunidades que has perdido y piensas mil futuros equidistantes a tu vida que jamás sucederán porque un día escogiste el otro camino, un camino al que podrías llegar a calificar "erróneo". 

Pasa el tiempo y cuando el tiempo pasa, todo ha pasado también. El dolor ya no duele tanto, la Luna no es tan pálida y las flores no florecen en Abril. Solo a los que se les pasa la vida sienten que la vida pasa, que el tiempo pasa, que todo pasa.

Pulgas
2713