viernes, 9 de marzo de 2012

nunca la escuche pedir perdón

Cuarenta mil años de lenguaje humano y no hay palabras para describirte.
En cada instante que por mi mente pasa el susurro de tu nombre me acuerdo más de que aún no te he olvidado. Todas las razones por las que aún mi subconsciente te guarda, todo por lo que aún sigues vivo en mí es simplemente porque yo lo permito. Y lo odio. Y te odio. Y odio a mi subconsciente porque es él quien no quiere olvidarte. Te quiero y te odio, y puede que no tenga mucho sentido, pero lo tiene porque la una conlleva la otra y no creo que esté tan loca por saber con certeza que soy tan estúpida para no conseguir cambiar. Así que sí, te quiero y te odio y ambas practicamente por el mismo motivo.


Pulgas.
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