domingo, 12 de febrero de 2012

on

Te levantas y te dices lo de siempre. Día tras día, uno a uno. Quieres innovar tu monotonía pero te asusta lo diferente y no cambias. No consigues nada. ¿De qué sirves? No vales. No haces ningún progreso. Eres inútil y pequeña para este inmenso mundo.
Pero un día algo cambia. Consigues algo. Logras uno de tus miles de objetivos, pero te basta. Es suficiente para que un interruptor de optimismo se accione y todo empiece. Entonces lo sabes. Algo maravilloso está comenzando y sientes que ahora nada ni nadie puede pararlo.

Pulgas.
643

No hay comentarios:

Publicar un comentario