domingo, 17 de abril de 2011

Respuesta simple.


Cierras los ojos. Haces creer a tu mente que todo va a ir bien. Que nada de lo que te está pasando es cierto. Los abres y, antes de que puedas ver nada, los cierras otra vez. Prefieres no tener que enfrentarte a la verdad. Piensas que podrás estar así para siempre, pero te das cuenta de que no. Algún día alguien te irá a buscar y te abrirá los ojos. Quieras o no. Decides que eres una persona adulta y que tienes que hacerlo. Tú estás mal, pero ella está peor. Asique finjes no tener miedo y pasas a creer que todo va a ir bien, aunque sea simplemente porque no te queda otra. Luchar o morir. Esa es tu cuestión.
Decides luchar, aún a sabiendas que será duro y que lo vas a pasar muy mal.

Al final seis meses y doce días despues te preguntas por qué hiciste todo eso si hubiera sido mucho más fácil quedarse con los ojos cerrados. Y te respondes: Por ella.

Pulgas.

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